lunes, 12 de enero de 2015

12/01/15

"¡Oh, Heidi, se hace la luz en mi corazón! ¡Cuánto bien me has hecho! La abuela repitió muchas veces seguidas estas palabras que expresaban su alegría, y Heidi se sintió henchida de felicidad al ver a la abuela de aquel modo. De pronto alguien golpeó la ventana y Heidi vio que su abuelo la llamaba por señas. La niña obedeció en el acto, prometiendo a la abuela volver al día siguiente. La idea de poder alegrar a la abuela y de hacer la luz en su corazón iba a ser desde entonces su mayor felicidad." - Johanna Spyri

Foto: El tiempo pasa, pero los recuerdos son inolvidables... Te quiero, yaya :)

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